(//) Mies VS Cabrero




Mies VS Cabrero, aportes y objeciones

En 1956 Max Bill publica la primera monograía de Mies van der Rohe y en 1960 Philip Johnson hace una extensa recopilación de su trayectoria profesional. Para Cabrero estos documentos no pasan desapercibidos, y la máxima miesiana de sólo reconocer problemas de construcción y no de forma tampoco. Comienza así para el español la dedicación por el detalle constructivo y por resolver el encuentro de materiales heterogéneos.

Para el Pabellón de Cristal en la Casa de Campo de Madrid de 1964, Cabrero suma sus ideas a las de Mies. El español desarrolla su arquitectura de forma muy similar a como lo hacía el maestro alemán, sin embargo no se encuentran casi ninguno de los estilemas formales o estructurales propios de Mies. Su conexión se hace evidente cuando este, en su visita al Pabellón de Cristal, llega a reconocer el proyecto como una obra complementaria a su trabajo.


A pesar de los limitados medios disponibles en la España de 1961, Cabrero busca, en paralelo a Mies, la coherencia total entre forma y estructura.


La importancia del "menos es más", concepción arquitectónica de Mies van der Rohe. 

Cabrero es conocedor de lo que conlleva dejar la construcción de su obra en manos de empresas y propietarios, que aún con un estricto y definido programa de proyecto siempre se acompaña de alteraciones que modifican o alteran el resultado final. 

Inteligente y conocedor de estos procesos interventeros decide reducir al mínimo el número de elementos constructivos. De esta forma la arquitectura no pierde ni su valor ni el vínculo con el proceso intelectual de proyecto. Así, Cabrero hace tanto suyo como de Mies el famoso lema, añadiendo además: "la construcción, mejor si es sencilla, casi inmediata".






La influencia de Mies puede entenderse en toda la arquitectura posterior de Cabrero. Ecléctico y en constante transición, Cabrero comparte el afán constructivo del alemán y le suma su personal aporte tradicionalista. Su obra más personal, el proyecto para la segunda Casa Cabrero de 1961-1965, recoge el diálogo directo entre tradición y modernismo técnico. Enfrentado con otro proyecto de misma tipología proyectado por el alemán, la Casa Fansworth de Chicago de 1951, encontramos múltiples similitudes.








Quizás no sea casualidad que el santanderino muy inteligentemente adapte y experimente las cualidades que el maestro alemán había desarrollado una década antes.





Cabrero admira el trabajo de los arquitectos del centro y norte de Europa, respetuosos con la arquitectura tradicional y centrados en la figura humana en el espacio y la naturaleza. El aparejo de ladrillo, las ventanas abiertas a la vegetación, la presencia del patio y el plano de agua. Tanto apreciaba sus ideas que las quiso para su propia casa.



Son múltiples las comparativas que podríamos hacer del arquitecto español con  figuras tan importantes como Jacobsen y los interesantes proyectos de viviendas unifamiliares en L de Jörn Utzon.






Las ideas de prefabricación de Max Bill, adoptadas por Cabrero con inteción de economizar el proyecto en obra y aprovechar la ocasión para experimentar con los medios materiales y tecnológicos más en alza.



Podrían menicionarse muchos otros tratamientos que Cabrero hereda de Mies o de Max Bill, como la estandarización, la prefabricación seriada de origen industrial, el hierro y el acero vistos o el contraste intencionado entre materiales.

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